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lunes, 24 de noviembre de 2008

ADICCIÓN A LA TECNOLOGÍA


Amplia difusión se le ha dado en los medios na-cionales a los resultados de una encuesta llevada a cabo por la Universidad de Navarra (Es-paña), titulada “La generación interactiva”, cuyos resultados son preocupantes: 4 de cada 10 chicos le sacan tiempo al estudio y a la lectura para navegar en Internet. El sondeo, efectuado sobre 25 mil estudiantes en siete países latinoamericanos, determinó que, por el contrario, fuera de la Argentina, Internet le va ga-nando espacios a la familia y al deporte.
El relevamiento revela que el 50 por ciento de los 2.344 chicos argentinos consultados, realiza sus tareas escolares frente al televisor, “mientras chatea o cuando está atento a los mensajes de texto de su celular”, marcando una clara diferencia con generaciones anteriores en cuanto al poder de diversificación de su atención.
La escuela y la familia no son los únicos perdidosos en esta desigual competencia con Internet, pues esta expresión de alta tecnología, cae vencida ante otra co-rriente de moda: el uso del celular, que ha logrado desplazar en las mujeres su característica adicción a la televisión.
En ese sentido, nuestro país lidera en el continente la penetración del celular con una cifra que sorprende: el 94 por ciento de los chicos de entre 10 y 18 años dice que lleva un aparato a todos lados. Después de la Ar-gentina, figuran Chile y Venezuela, con el 93 por ciento. Esta tendencia será difícilmente revertida en el futuro, ya que en la franja etaria inferior, de 6 a 9 años, se produce el mismo fenómeno, aunque en menor porcentaje. Los chicos argentinos más grandes de la Ge-neración Interactiva (10 a 18 años) encuentran al celular útil para comunicarse y lo usan fundamentalmente para estar en contacto con sus amigos (7 de cada 10), aun más que con la familia, pero en este caso, la madre sigue siendo el interlocutor más habitual. De todos los métodos, el más utilizado es el del mensaje de texto: 95% dice que opta mandar SMS más que hacer llamadas (83%) e incluso sobre la opción de escuchar música (51%).
El grado de penetración de esta tecnología sobre esta generación y las alternativas de uso que ofrece, provocaron que sea un aparato difícil de apagar y son justamente las chicas las que admiten, en el 66% de los casos, que siempre tienen el celular encendido para comunicarse con amigos. Casi un tercio de las encuestadas confiesa que su vida “iría peor” tras dos semanas sin celular. Más de la mitad de ellas recibió mensajes o llamadas de personas desconocidas. Un riesgo parecido hay con los SMS: el 12% de los consultados re-conoce haber recibido un mensaje con contenido obsceno o pornográfico.
Un especialista en la materia y además corresponsable de la encuesta, definió con certeza al teléfono celular como “el emblema de la iniciación actual”. “Un celular hoy es similar a lo que fue ponerse el pantalón largo para nuestros padres”.
Aunque bastante acertado, nos parece una exageración este concepto, ya que el emblemático pantalón largo era el diploma que establecía el pase de la adoles-cencia a la juventud, y luego a la madurez. El celular, aparte de su enorme valor tecnológico, es apenas un peligroso divertimento, como queda demostrado con los últimos acontecimientos de invasión a la privacidad de las personas.

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